No hay nada mas que imperfecciones y una obsesiva fijación por repellar agujeros.
Agujeros sin fin. Fachada abandonada con destellos de luz cegadores que atraen a ciertos pobladores. Nada dura, todo se cae. Nadie dijo que estaba en condiciones, nadie dijo q esta lista para habitar.
Golpe tras golpe, abandono tras abandono. En espera de que alguien toque a la puerta, a la espera que alguien lleve una flor. A la espera de recibir calor.
Se cae a pedazos. El polvo esconde la luz y con ella se apagan los rincones del lugar.
Pronto nadie la querrá visitar...
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